lunes, 8 de septiembre de 2008

Los aros de cebolla de Burger King

Fuimos a ver Wall-e al cine el viernes. Llevaba tiempo con ganas de verla y aprovechamos que la niña de mis ojos no la había visto para ir los tres. Le película, por cierto, no me defaudró: es muy buena. Lo mejor, no te aburres ni un segundo pese a la ausencia de diálogos que se suple con muy muy muy pocos sonidos más o menos creativos de los protagonistas. Y el corto que precede a la película es completamente desternillante. Me encantó.
Me engañaron para ir al Burger King. No es que yo sea una maniaca de la comida sana o que el Burger King no me guste. Pero me sienta fatal la comida del Burguer King, bueno, y la del Mc Donals así que mientras recogía las entradas les pedí que me trajeran algo de pollo...qué tal unos nuggets...y una botella de agua, y cuando tuve las entradas me senté a esperarles en la terraza.
Volvieron muertos de la risa, no sabía yo por qué, encantados con sus menús compuestos de hamburguesas, bebidas y patatas. Me hacía gracia verles así, tan divertidos, como si yo no estuviera.
Se sentaron y yo busqué mis nuggets en la bandeja, pero no los ví...¿y mi pollito?.
No, me explicaron, es que hemos decidido traerte unos aros de cebolla, que así comemos también nosotros.
Ups, de eso se reían, al menos me trajeron el agua.

2 comentarios:

Olga dijo...

Pues a mi también me gustó la peli. Y también terminé en el burrinking.
Casualidades de la vida.

Cris dijo...

:)