martes, 2 de septiembre de 2008

El Kiosco Digital del Opencor

Cuando me he querido dar cuenta, llevo sin poner fotos en álbumes -de fotos, claro- desde que me fui la primera vez a Estambul y de eso hace más de cinco años seguro.
Tengo algunas impresas dispersas en cajas, otras en cds, otras en papel de folio que se ven mal y todas esas que tuve que quitar de la pared un día que me amarré los machos y que están en el fondo de la caja del fondo del último armario de mi vida sin ninguna gana de sacarlas de allí.
Todo esto, en un desorden infinito.
Y no es que yo quisiera hacer orden, que no es lo mío. De hecho, hacer orden para mí es tirar directamente porque no tengo paciencia para colocar. Lo que quería era poner alguna foto en el Nidito, convirtiéndolo en el reflejo perfecto del que ya es mi sweet home.
Así que primero ordené las cajas, las copias y los cds, muy por encima, sin mirarlas mucho, vaya que me diera por tirar cosas y luego arrepentirme.
Empecé por las fotos más recientes, que me pareció lo más fácil. Las del último año y medio, más o menos.
Mi relación hasta hoy con la impresión digital se limitaba a utilizar el fotovips a través de Internet, que funcionaba genial, pero no sé por qué ya no me funciona así que he tenido que buscarme una alternativa. Y una vez seleccionadas y metidas a capón en dos pendrives me fui tan contenta con ellas al Opencor, que tienen una máquina que llaman Kiosco Digital que te imprime y escupe las copias y te las puedes llevar a casa. Porque lo que no quería era esperar, en mi habitual tono de poca paciencia. Pasee los dos pendrives en el bolso dos semanas, porque el kiosco en cuestión, no funcionaba. Ni el del Opencor de al lado de mi curro, ni el del Opencor de al lado de mi casa –sí, si, soy una mujer afortunada, rodeada de Opencors por todos lados, que me dejo una pasta de más al mes, porque como lo tengo tan a mano que siempre dejo todo para el último momento-. Hubiese tardado mucho menos en llevarlo al chino de la esquina para que me lo imprimiese y recogerlo al día siguiente, pero hay cosas con las que soy muy cabezona y no fue hasta la tercera visita doble –ambos Opencor- que no logre encontrar una máquina disponible.
En el tiempo que estuve esperando a que salieran las más de cien copias me ojee todas las revistas del corazón, de cocina y de viajes que tenían sin plástico. Las que tenían cubiertas las traté de leer a través del plástico, pero no conseguí entender casi nada. Me llevé un libro al lado de la máquina con intención de comprarlo, pero me leí casi la mitad y como no me gustaba mucho, al final lo dejé. Eso sí, piqué con una revista de muebles de las envueltas en plástico y me la compré.
Cuando le quedaban por escupir seis fotos la máquina entró en estado de shock y dijo algo de cancelarse o reiniciarse, pero yo estaba tan cansada de mirar a los adolescentes haciendo cola para pagar con sus refrescos, sus chuches, sus revistas, sus condones…que le di a todos los botones, la bloquee y decidí marcharme, aunque perdiese mis seis copias -que había pagado previamente- para siempre.
Llegué a casa triunfal, con mis fotos en papel, y estuve media hora mareándolas, desordenándolas y tratando de hacerlas encajar en los tres marcos que tenía vacíos, regalos sin desenvolver de una vida anterior. No fue tan fácil, de hecho, sigo sin tener ni una foto en la pared del Nidito, pero al menos tuve sensación de haber empezado algo.
Me acosté con un dolor de pies horrible, fruto del tiempo parada en frente del kiosco digital y bendiciendo aquellos tiempos en los que volvías de un viaje, sacabas el carrete de la cámara, la llevabas a la tienda de fotos y esperabas ansiosa a ver qué te había salido. Y después tenías todas tus fotos por ahí rondando, las ponías en marcos, las colocabas en álbumes, en modo tradicional.
Y lo malo no es todo esto que os cuento. Lo malo es que acabo de meter otro montón de fotos en un pen y ya estoy pensando en salir de la oficina y acercarme un momentito al Opencor. Lo mío es vicio y no tiene remedio.

1 comentario:

Olga dijo...

Lo mío es más sencillo: las almaceno en el ordenador, después formateo el ordenador... y se acabaron las fotos.
No obstante, soy tan despistada, que ni las recuerdo. Así que tan contenta porque el pc funciona.
Llevo un año intentando hacer copias de unas que tengo en mi pendrive, para hacer un college o-como-se-escriba y... que no hay forma.
Tal vez este año...Lo anotaré en mi agenda escolar. jejeje.