martes, 12 de agosto de 2008

Segundo día en la oficina...uno menos para las vacaciones

Desde que me mudé al Nidito, compro en el Mercadona. Mucho mejor para mi economía, porque la compra me cuesta exactamente la mitad que cuando la hacía en el Alcampo de al lado de casa. Me gusta bastante, más el de Torrelodones que el de Villaviosa, pero vivo en Villaviciosa, así que no tengo mucha excusa para ir al de Torre, solamente cuando voy con mi santa madre, pero ella sigue disfrutando de las vacaciones…así que…vuelta al Nidito, vuelta a la oficina, vuelta a las rutinas, compra que nos toca.
Por cierto, ir con mi santa madre a la compra es una experiencia única: tiene mucho mejor ojo que yo para todo, hasta para elegir la carne a través del plástico de la bandeja, o la fruta que está más buena. Me comenta sus trucos, pero sigo siendo una mera aprendiz a su lado.
Volver a trabajar y hacer la compra en un mismo día puede ser muy perjudicial para la salud, pero es que no había un solo alimento fresco en mi nevera. Sólo los tomates de mis plantas, que crecen en el patio, pero como son plantitas pequeñas, me los comí en ensalada en mi primer atracón después de volver de la playa todos. No deje ni uno.
Fui, como siempre, un poco de morros, porque el Mercadona está muy lleno, porque no me gusta el parking, y porque él tiene una amiguita cajera y siempre, siempre, siempre nos la encontramos.
Pero fue llegar y se me quitó el mal rollo de golpe: en el aparcamiento había tres coches, el Mercadona lucía vacío para mi -si hubiera querido, hubiese podido hacer carreras de carro conmigo misma de lo espacioso que estaba-, la pescadería sin cola y ni rastro de la amiguita.
Menos mal. Recuperé el buen humor de golpe.
Y hoy lo estoy aguantando bastante bien. Segundo día after holiday paradise en la oficina.
Después del primer día de lectura brutal de los correos electrónicos, hoy he hecho una más analítica, archivando lo archivable, y dejando lo pendiente en pendientes.
Un día menos…para las vacaciones de Navidad.

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