viernes, 22 de agosto de 2008

Relato: Ella

Al entrar en casa ha mirado primero el reloj y después de recorrer la cocina con la mirada, ha enchufado el transistor. Son las 14.45h, con un poco de suerte, aun puede escuchar las noticias.
Acaso los deportes, porque ya es un poco tarde. Cuando caliente la comida verá el telediario de las 15.00h. de Antena3, con la esperanza de que no abran otra vez con el conflicto de Georgia.
Mientras la cálida voz radiofónica inunda el ático, ha posado el portátil sobre la mesa del salón y melancólica se ha preguntado como es posible haber terminado trabajando en un banco. Ella, que juró no meterse en una oficina jamás. Ella, que tantas veces repitió que no dejaría el contacto con la gente. Ella, que seguía sintiendo que era cooperante, pero que ahora era la última en marcharse de las oficinas de la calle Orense. Ella, que ahora escribía informes semanales, mensuales y anuales. Informes en inglés, en español y en alemán. Ella que ahora se llevaba siempre el trabajo a casa. Ella, que prácticamente había suplicado a su Manager un ordenador portátil, para poder trabajar cuando estaba fuera de esa oficina. Lo peor de todo, era, que a ella, su nueva vida de oficina le gustaba y ese trabajo que tantas veces había jurado no tener, absorbía la mayor parte de sus horas.
Los días en las calles de Guatemala parecían tan lejanos como el Día de su Primera Comunión. La melancolía se marchó del mismo modo que vino, en un breve pensamiento y como Matías Prats ha abierto el telediario de Antena 3 con imágenes de Georgia, la siesta ha ganado el pulso al resto de actividades posibles para la sobremesa del viernes.

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