martes, 5 de agosto de 2008

Para pasar calor hay que venir al sur

Nunca he veraneado en el sur, ni en el mediterráneo. Siempre en el norte. Hasta este año, siempre he creído que las hordas de personas en la playa con sombrillas, sillas, tumbonas y hasta mesas era una exageración. Que era una cosa de antes, eso de ver a gente en bikini en el supermercado, que los chiringuitos en plena playa no eran más que un invento de Cuéntame.
Pero me toca dar fe de todo ello y peor aun, confesar, que me he imbuido del espíritu del veraneante. Estoy en una playa situada donde Murcia linda con Alicante. Hace muchísimo calor, porque hay una ola africana que está atravesando España justo esta semana, la primera de agosto –cuándo si no, también yo…- y no sé para que me traje maleta porque no me he puesto la ropa desde que llegue el sábado. No quiero decir que esté practicando nudismo las 24 horas del día. No. Lo que sucede es que desde que llegue sólo he usado los bikinis y las chanclas. Y un pareo, el único que tengo, porque en Santander entras en pareo al súper y te detienen. Estoy usando el pareo más esta semana que desde lo tengo, ya no sé si hace dos años o tres.
Estoy no morena, requetenegra. Mi madre opinaría que es demasiado. Pero no puedo evitarlo, a mi los rayos me cogen aunque me esconda de ellos.
Y me he leído dos novelas:
“Llenos de vida” de Fante, que me ha gustado un montón. Me ha recordado un poco aunque no sé muy bien por qué a “Crucero de Verano” de Truman Capote, que también es deliciosa.
“Madrid Blues” de Blanca Riestra. No está mal, se deja de leer, pero tampoco me ha parecido de caerse de culo. Lo que más me ha gustado es cuando describe sitios de Madrid, del centro, de manera bastante minuciosa. Pero la historia no me ha terminado de enganchar.
Ahora estoy con el último de Federico Moccia. No había leído nada de él todavía, a pesar de que ha vendido todo y más en Italia. Las traducciones del italiano en las que se nota que el original es italiano, me encantan. Si me da por estudiar algún idioma más alguna vez y es por placer y puedo elegir, elegiré italiano, porque me encanta como narran. Eso me ha hecho recordar a Baricco, que no puede gustarme más. Leí hace tiempo "Seda" y me enamoró -mucho antes de que hicieran la película y le cambiaran el diseño a la portada del libro para mi disgusto-. Y después he leído “Esta Historia” y “Sin sangre”. Y ninguno me ha defraudado. Baricco es realmente fantástico. Con el que estoy ahora, el de Moccia es “Perdona si te llamo amor” se lee solo, muy ligero, fácil. Ya veremos. Por cierto, me he paseado por la Web oficial, y me he quedado loca porque tiene un montón de chuminadas...una de ellas ilustra este post.


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