miércoles, 16 de abril de 2008

Una revelación

Mi cuñaito es belga, belga y gracioso. Podría ser, perfectamente, el famoso belga por soleares. Con ese cuajo que tienen sólo los niños y los güiris al sentenciar, un día enunció una frase que me he quedado para siempre anotada entre mis leyes de vida, una auténtica revelación: EL QUE ES GILIPOLLAS CON 15 AÑOS, LO ES CON 45 Lo que viene siendo, para entendernos, que por mucho que queramos, que incluso nos esforcemos, las personas no cambiamos en lo sustancial.
Esta revelación me tiene trastornada. Porque evidentemente, si con 15 años eres responsable, popular, divertido, con carisma y fabuloso, pues guay. Pero si eres desordenada (como yo), una obsesionada con las cosas (como yo), algo loca y pelín inestable (como yo, si, si), pues la cosa pinta peor.
Como tratamiento de choque, estoy tratando de centrarme en las cosas buenas de mi esencia personal desde que era una chiquilla: Soy apasionada y tozuda – muy bueno en mi vida profesional, un poco desquiciante para lo demás -. Defiendo mi criterio ante todo el universo y me tiro a la piscina siempre, hasta sin agua, porque estoy dispuesta a cualquier cosa – cuando no tengo razón, me estrello…ahora cuando la tengo, la tengo -. Cuido a mi gente, soy una gran amiga de mis amigos – conlleva muchos disgustos, pero es bueno, creo-. Presionada me concentro en cualquier lado. Veo siempre el vaso semi-lleno. Sonrío a la vida aunque ella a veces no esté simpática conmigo.
Claro que lo malo es que además de estos ejemplos, ya con 15 años sabía yo y ahora lo mantengo, para que voy a negarlo, que soy un poco rencorosa, se me nota todo en la cara, no se disimular, me gusta buscarle tres pies al gato, más veces de las que me gustaría me dejo llevar por la pereza, no sé decir que no y me cuesta expresar sentimientos negativos…. (no sigo, que me deprimo).
Ahora que tengo la certeza de que esto para siempre: no puedo disimular mi rencor hacia mi misma por no poder luchar contra la mala leche que me provoca seguir buscándole tres pies al gato en esta cuestión. Por más que quiera esto así, así que me dejaré llevar por la pereza una vez más y cuando mi padre me pregunte qué cuándo voy a cambiar y convertirme por fin en una persona más centrada y responsable, tendré que asumir que no soy capaz de decirle que no, que es que esto no tiene remedio. Soy algo desastre. Lo fui a los 15, y lamentablemente seguiré siéndolo a los 45.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé por qué me da que ser un pelín desastre (y vago) es conditio sine qua non para tener un blog. No me preguntes por qué, no lo sé, pero así están las estadísticas.
Estoy de acuerdo con lo de que no se cambia, a mí la revelación me llegó con veintipocos, no vía cuñado belga, que no tengo, sólo colombiano, sino a través de un compañero de trabajo cuarentón, que una noche de parranda me comentó, convencido, que él era igual en ese momento que cuando tenía veinte. En ese momento comprendí cosas que el tiempo no haría sino confirmar.
Anda que con sesenta y desastre... bueno, he ahí mi madre, sin ir más lejos, es posible.

Pablo G. dijo...

Qué sorpresa que nos 'crucemos' por la blogosfera, y qué cosas, gracias a estos posts he conocido aspectos tuyos que desconocía. Espero que todo te vaya bien y no pierdas el espiritu de esa quinceañera con fotos de Romario en su carpeta. Un abrazo

Cris dijo...

Con 60 y desastre es nuestro futuro, Iwita...¡¡¡no queda otra!!!

Unknown dijo...

Voy a disentir, yo creo que sí que se cambia. Habrá quien cambie, y quien no, pero la vida ordena cabezas inestables y parte pechos bien echaos p´alante.
De 10 años pa aquí yo he cambiado. De las cosas sustanciales de mi personalidad algunas siguen ahí (olvidadizo, locuelo, soñador, disperso) pero otra ya nó (ya apenas soy celoso, ni rencoroso. Soy hipócrita en ocasiones cuando antes era algo que odiaba, arriesgo mas y pienso las cosas cada vez menos) y no soy ni mejor ni peor pero sí que he cambiado.
Como dijo Manrique, "nuestras vidas son los río que van a dar a la mar", y los hay que cambian mucho en su recorrido, y otros que apenas si difieren de un tramo al siguiente

Cris dijo...

Yo creo que nos modelamos, nos ajustamos al guión que nos toca vivir de la mejor manera posible, pero lo esencial, nuestra sustancia queda.