miércoles, 31 de diciembre de 2008

De nocheviejas

He acompañado al niño a comprar una corbata rosa para ponerse de punta en blanco para ir a una fiesta de Nochevieja a un local de moda de Santander...no sé a cual. Me ha dado por pensar, mientras le acompañaba y disfrutaba porque estaba encantado que haceya mucho tiempo que no salgo en plan nochevieja. A mí la noche de fin de año no me gusta especialmente. Mi día favorito de las navidades siempre ha sido la Nochebuena, pero el día 31 es menos entretenido.
Los dos primeros años que salí fueron estupendos. A esa edad no me dejaban salir mucho y fin de año era especial: me arreglaba más que normalmente, me dejaban más tiempo, incluso fui dos o tres veces a cotillones en discotecas. El primer año, que debía tener 16 años, estuve emocionada con el plan por lo menos un mes. Fuimos al Cormorán. Bueno, a lo que antes era el Cormorán, no al nuevo Cormorán, que se llama Old Cormorán Tavern y poco tiene que ver con el de mi adolescencia. Ya casi ni me acuerdo.
Después, rondando los 20 años, alguna vez salí de bares por Santander, que, como siempre llueve, y está todo llenísimo, no se puede pedir en ningún lado, todo es caro, no hay taxis...suele acabar siendo una noche insorportable.
Los años que he pasado en Madrid, primero porque no tenía coche, después porque no tenía ganas, nunca he hecho planes de nochevieja... de hecho creo que sólo he salido dos de los últimos cinco o seis años y las dos veces ha sido a fiestas en casas. El año pasado, la organizamos Loren y yo en el Nidito cuando aun no viviamos juntos y fue una noche tranquila pero divertida. Me hubiera gustado repetir este año. Brindar con amigos y besarnos celebrando el año nuevo. Pero las cosas han salido así y estamos lejos el uno del otro este año.
Este fin de año de 2008 tampoco salgo. Nos hemos quedado en Santander y cenamos en casa, viene la familia, hemos comprado bengalas para encenderlas después de las uvas con la niña de mis ojos, como llevamos haciendo desde que era muy pequeña...le encanta. Al lado de los petardos y los fuegos artificiales que ensordecen la ciudad de Santander, nuestras bengalas apenas se ven, pero ya es una tradición.
A estas alturas me han preguntado un millón de veces si no voy a salir esta noche, y he recibido un montón de invitaciones y proposiciones de planes...pero no salgo, ni me lo pienso, hace ya mucho tiempo que dejé de sentirme un bicho raro por no gustarme los planes nocheviejeros...
Daré la bienvenida a 2009 en casa.

No hay comentarios: