martes, 7 de abril de 2009

La boda de Fran, Logroño y el comienzo de las vacaciones

Por fin estoy de vacaciones. Han comenzado de lo más estresantes. Después de semana intensa de curro -la semana anterior a las vacaciones siempre hay el doble de trabajo en la oficina, ni que se fuera a terminar el mundo en lugar de la semana-y además, el fin de semana anterior entre el bautizo y otros rollos no desncansé nada.
El jueves y viernes madrugón, mucho curro, clases, varios trabajos del máster y hasta un examen. El viernes además tuve que pasar a hacer una visita a unos amigos después de salir del IE. Total, llegué a casa a medianoche, la maleta sin hacer y el despertador amenazante con sonar a las 6 de la mañana del sábado, porque teníamos una boda por la tarde, a las 17h en Barcelona. El viaje, por lo menos, lo hicimos con poco trráfico, pero aun así llegamos al hotel a las tres de la tarde y tuvimos que correr para llegar a coger el autobús que nos llevaba a todos los invitados a Mataró, donde se celebraba la boda en la Iglesia de Santa María. Un sitio muy bonito, por cierto. La celebración fue un poco más lejos, en un sitio que se llamaba algo como Turó del Sol. La boda de mi amigo Fran fue divertida y había muchísima gente sobre todo jóvenes (él tiene 25 años, claro), y yo estaba muerta pero feliz de verle tan contento y de poder compartir mesa con mi buen amigo Lemus y con Marina, y como dice Fran, saber que contamos los unos con los otros, tantos años después y que seguimos ahí -ahora que ya hace más de cinco años del erasmus-.
Cuando me acosté a las cuatro de la mañana no podía más: menos mal que llevé unos zapatos que no eran nuevos y un vestido cómodo, no pude alegrarme más.
Salimos de Barcelona después de desayunar, y emprendimos camino a Logroño, donde planeamos pasar la noche, para no viajar del tirón hasta Santander. Logroño me ha encantado, es una ciudad con edificios preciosos, muy bien reformados, y se come genial: como me habían recomendado, cenamos de tapeo en la calle del Laurel. Y nos dió pena irnos, después del paseo que dimos el lunes por la mañana. Paramos a conocer Haro. Nos han dado muchas ganas de volver a La Rioja con más calma.
Y desde anoche estamos en Santander. Disfrutando y descansando.

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