domingo, 12 de abril de 2009

De vuelta en el Sweet Nidito

Las vacaciones me han dado mucho de sí. Después de volver de Barcelona con la paradita en Logroño he dedicado la semana, después de mucho tiempo sin hacerlo, a recorrer los rincones infinitos de Cantabria, a mostrarle a mi santo algunos de los sitios que más me gustan de la provincia, y, como no, a comer, cenar, beber y pasar tiempo con la familia.
Aunque no ha hecho especialmente buen tiempo en Semana Santa este año -bueno, ya llevamos varios, concretamente yo llevo tres años seguidos que me llueve en los lugares más variopintos por estas fechas: Granada, Murcia y Valencia- en mi tierruca la lluvia nos ha respetado bastante. Diluvió en viernes santo, pero el resto de la semana hemos podido disfrutar de un clima bastante amable, ratos de sol y unos paisajes deliciosos. Potes, Espinama, Fuente De, Camaleño, Mazcuerras -o Luzmela según Concha Espina-Ibio... hemos disfrutado muchísimo.
No he sentido el impulso de escribir ni muchas ganas de encender el ordenador -aunque he tenido que conectarme un par de veces para ver el correo del trabajo- pero he desconectado, he descansado y he venido realmente nueva. Quizás estas sean mis últimas vacaciones en mucho tiempo, y me alegro, porque han sido fantásticas.
Aunque ya tenía ganas de volver al Nidito, después de una intensa semana fuera, de dormir en nuestra cama, de ver la tele en nuestro sofá. Llegamos ayer y hoy nos ha dado un arrebato de orden y limpieza: hemos dado vuelta a la habitación pequeña y hemos reorganizado montones de apuntes, de papeles, de cajas, libros, fotos y detalles.
Mañana también tengo el día libre, así que aun tendré tiempo de organizar un poco más, de cocinar para esta semana y de prepararme para la visita de mi familia, que llega el miércoles.

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