jueves, 23 de octubre de 2008

Cuando el estrés empieza a ser incontrolable...

Cuando estoy realmente estresada, mi cuerpo siempre se revela igual. Salgo tarde y sobreexcitada de la oficina, llego a casa molida, pero no consigo desconectar. Picoteo mil cosas pero no me alimento en orden. Una patata frita, al cabo de un rato un yogur, media docena de pistachos, chocolate, un zumo...
Me cuesta horrores dormirme, sueño con el trabajo, y me despierto invariablemente una hora antes de que suene el despertador un poco asustada. Como estoy sobreexcitada, salto de la cama, y hago alguna tarea del hogar: pongo el lavavajillas, hago la lista de la compra, mareo la taza de café por la casa...justo antes o justo después me entran las naúseas. Suelo controlarme y consigo no vomitar, pero en días como hoy, no lo he logrado.
Y llegó a la oficina pasada de vueltas. Tan pasada de vueltas, que con sólo verme el careto, Navarrete me dice "uffff hoy toca niña insoportable".
Y en eso estamos.

No hay comentarios: