
Os lo dejo, ¿os gusta?
Apretó el paso. Un poco porque ya eran las siete menos diez. Un poco porque estaba lloviendo. Las calles tenían el movimiento típico de un lunes al amanecer. Llegando al anden se subió la cremallera del chubasquero amarillo, ese que le hacía recordar otros viajes. Las 7.03, el cercanías hizo su parada puntual frente a ella y subió de un salto. Sentada cerca de la ventanilla sacó el libro, tras leer el primer párrafo la lluvia golpeando contra el cristal le hizo desconcentrarse. El paisaje le hizo regresar por un momento a otros trenes, sentirse puntualmente de vacaciones.
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