miércoles, 7 de mayo de 2008

Nueva rutina

A la vuelta del puente de mayo, que ha sido genial, estoy tratando de modificar y ordenar mi rutina posteadora. Estaba acostumbrada a escribir en cualquier momento y colgar los post en la oficina, en algún rato perdido de las 8 horas diarias que paso delante del ordenador.
Esta rutina -desordenada como yo, pero muy práctica- ya no me sirve, así que tengo que organizarme mejor. Creo que continuaré escribiendo cuando pueda y me enviaré los post al correo electrónico para poder colgarlos desde cualquier sitio que me pille a mano -veremos si soy capaz, esas cosas siempre se me olvidan-, mientras ahorro para comprarme un ordenador. No creo que sea hasta que cobre la paga extra de verano, eso, con suerte, pero iré haciendo lo que pueda mientras tanto.
Me he cogido tres días de vacaciones -pendientes todavía de 2007, y a punto de caducarse-, por eso puedo escribir a mediodía, en un ordenador prestado.
Estoy muy contenta porque tengo hasta el domingo para hacer lo que me de la gana y disfrutar de mi familia, que ha venido a vernos a Madrid. He empezado por despertarme tarde hoy, tomarme varios cafés, debatir sobre la gala de OT de ayer, y escribir un rato.
Ahora me voy a comer con mi familia. Me deben estar esperando.
Os dejo un recuerdo del puente. He estado en Cuenca. Hizo un tiempo buenísimo, me dieron una habitación maravillosa con vistas en el hotel, he leído, descansado, paseado, reído, y estuve en la boda de mi amigo Gus, que estaba tan feliz que apenas cabía en el traje de novio. Y me divertí mucho más de lo que pensaba en la boda. Bailé -cosa rara- charlé -menos raro- y me estuve riendo toda la noche. Mira que a mi las bodas ni fu ni fa y que, además, iba yo un poco escéptica.
El puente no pudo ser más perfecto. Ni yo más feliz.

No hay comentarios: