miércoles, 25 de marzo de 2009

La bruja del cuento corporativo

Como soy tan dormilona nunca he creído en aquello de que a quién madruga dios le ayuda...pero esta mañana, en la que estoy de un inusitado buen humor después de haberme levantado a las seis de la mañana tras una noche sin pegar ojo, parece que los astros están alineados. La diferencia de opiniones que desató la tormenta y tensión posterior en la reunión del lunes por la mañana prácticamente se ha zanjado: al final va a tener razón mi sita-jefa- cuando asegura que pegar tres gritos pone a la gente en su sitio. No es para nada mi estilo pegar gritos, ni siquiera discutir, pero el lunes me sacaron de mis casillas dándome donde más me duele: en mi equipo. Y perdí un poco los nervios, y la discusión me dejó un sabor de boca muy amargo y la sensación de haberme convertido durante un rato en la bruja del cuento corporativo.
De bruja del cuento corporativo me transformé en cenicienta casera en menos de lo que se tarda en recorrer el espacio que separa mi oficina del Nidito, y cuando llegué a casa estaba con los ánimos por los suelos y esa noche no dormí bien, nerviosa, con continuadas pesadillas en las que volvía a enfrentarme en múltiples reuniones que empezaban de madrugada, a diferentes duelos al amanecer interdepartamentales.
Pero llevo ya dos noches sin dormir bien, así que quizás debería asumir que estoy nerviosa, además de mosqueada por lo del lunes, aunque no quería. Demasiados proyectos solapados, y demasiadas noticias por confirmar.
Una cosa si se confirma: cuando estoy nerviosa, cuando estoy cabreada, cuando estoy triste, cuando mi vida se tuerce, mi creatividad y mis ganas de escribir se multiplican. Como siempre dice mi madre, qué dinero hemos ahorrado en psicoanalistas gracias a los diarios que he escrito durante toda mi vida. Bueno, y ahora al blog, claro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaya, cuánto siento esos nervios. Yo también llevaba una temporada durmiendo mal. Toca desahogarse escribiendo y teniendo conversaciones con alguien en quien confiemos. Espero que recuperes tus horas de sueño.