Y de ir al teatro. Y a un concierto.
De tomarme un café entre semana con una amiga sin necesidad de salir corriendo.
Más ganas todavía de estar en una terracita con cervecita y tapita. Sin abrigo, sin bufanda, sin botas, y sobretodo sin cara de ajo pocho.
Parecía que la primavera ya estaba aquí, pero ha sido un espejismo.
Me estoy resfriando y, como no, coincide con fin de semana, para no faltar a mi costumbre, ya arraigada de enfermarme en vacaciones y días libres y nunca faltar al trabajo.
1 comentario:
Yo también echo terríblemente de menos esas cosas. A ver si llegan pronto.
Cuida ese catarro (yo también los pillo en fin de semana).
Publicar un comentario