sábado, 7 de marzo de 2009

30 años no es nada...

Ayer cumplió años mi amiga Paula. 30 años. No pudimos hacer una gran celebración porque ella estaba fuera de España, pero, desde aquí yo brindé mentalmente por su entrada en el Club de las Treintañeras, la segunda justo detrás de mi.
Porque, como ya os conté en Una historia de amistad, Paula y yo nacimos con 15 días de diferencia y somos amigas desde que estábamos en el útero de nuestras madres -amigas entre ellas-. Ya paséabamos en barrigas paralelas entonces, y seguimos paseando ahora que ambas hemos entrado en el club de las treintañeras. Las dos estamos absolutamente sorprendidas de tener 30 años - y una vida tan inestable, añadiría ella si pudiera estar escribiendo aquí conmigo-. Por casualidades de esas que tiene la vida, Paula y yo trabajamos en el mismo edificio de Madrid. Anda que no hay edificios de oficinas en Madrid, anda que no hay barrios y anda que no hay zonas, pues nosotras fuimos a caer, cada una por su lado, en empresas completamente distintas, y no pudiendo dedicarnos a cosas más diferentes -yo soy periodista y ella es ingeniera de telecomunicaciones, para que os hagáis una idea de cuan lejanos podrían estar nuestros caminos laborales-así que nos vemos casi a diario. Siempre podemos salir a tomar un café rápido, comer juntas o darnos un garbeo si nos agobiamos. Esta semana ella estaba de viaje de curro en Suiza, y yo en París, pero nos hemos mandado bastantes mensajes -siempre estamos muy en contacto- quejándonos del mal tiempo y celebrando la llegada de los 30 años entre felices y agobiadas.
Aun no sé qué día vamos a hacer esa celebración por todo lo alto que merece este cumple, pero seguro que será pronto: Bienvenida a los 30 PAULA, MUCHÍSIMAS FELICIDADES Y ¿dónde hay que firmar por otros 30 años de amistad como estos?.

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