martes, 8 de enero de 2008

Y los sueños, sueños son, aunque sean recurrentes

Siempre he tenido sueños recurrentes, desde niña.
Los más habituales eran dos: uno en el que yo iba conduciendo un coche sin saber conducir, y llevando a alguien con urgencia a algún sitio al que tenía prisa por llegar.
Como ejemplos: a mi madre embarazada al hospital, a mi abuelo enfermo al médico, a mi hermana a un examen de ballet clásico, o a mi padre herido y sangrando a urgencias…
Luego estaba el sueño en el que caía al vacío.
Andando o corriendo por un sendero, por un desfiladero, por una escalera, por una calle, por una montaña, entre rocas...me caía, y caía, y caía y caía hasta que generalmente terminaba en el suelo de mi cuarto, porque yo he sido siempre de caerme de la cama (una vez me caí haciendo el amor, pero esta es otra historia).

Cuando me saqué el carné de conducir deje de tener mi primer sueño recurrente, y el segundo sigo teniéndolo a veces, pero muy de cuando en cuando. Desde que soy mayor de edad, mis sueños más repetidos son de sexo o por lo menos de tanteo. Pero…ya lo dice la canción y yo lo suscribo al cien por cien “cuando duermo sin ti contigo sueño, y con todas si duermes a mi lado”.
Durante los siete años que estuve saliendo con mi ex novio nunca soñé con él. Y cuando digo nunca, quiero decir nunca jamás. Paradójicamente, cada noche, antes de dormir, en nuestra última conversación del día él siempre me decía “Sueña conmigo”. Y el efecto era el mismo que cuando mi abuela en mi infancia me decía “Que sueñes con los angelitos”. No soñé con los angelitos nunca, ni lo hice tampoco con mi ex novio.

Eso sí, durante nuestra relación no es que le dedicara mis sueños a recetas de cocina, y estancias reposadas en conventos. Soñé que me liaba con mi jefe, con mi vecino, con varios compañeros de trabajo, con conocidos, con amigos, con famosos y con perfectos desconocidos. Como digo, en mis sueños tuve sexo con bastante gente, incluida mi cuñada (la hermanisima del antagonista de mis sueños al que me refiero) pero nunca, nunca, nunca con mi ex.

Bueno…hasta que lo dejamos. Fue dejarlo y empezar a soñar compulsivamente con él. En los últimos meses hemos follado en un montón de sitios nuevos y posturas que no habíamos probado. Lo grave de la situación es que esta extraña circunstancia me ha ocurrido en todas las relaciones que he mantenido. Solo sueño con mis parejas cuando no estoy con ellas, y por ello he desarrollado una capacidad de improvisar mentiras respecto a mis ensoñaciones que me acompañará siempre.

Todos hemos mentido alguna vez con estas cosas y cuando mi ex acaramelado me preguntaba a la mañana siguiente, tras levantarme yo con cara de bien-follá “¿Te ha gustado el sueño?”, yo le respondía picarona “Sin duda, ha sido un maravilloso orgasmo”. “¿Y qué tal he estado? preguntaba dando por hecho él, “Bien”, respondía yo evasiva. En realidad la respuesta correcta era: “Tu unos ronquidos de Emmy, pero el que ha estado de Oscar a la mejor interpretación masculina ha sido tu amigo Juan”.

No hay comentarios: