
Tengo que decir que yo nunca, nunca, nunca, veo nada cuando una madre orgullosa me enseña una ecografía de su bebe, ni tampoco he visto gran cosa cuando el ecógrafo en las revisiones se ha entregado explicándome donde esta mi ovario derecho, el izquierdo, el útero… para mi podía ser una foto aérea del escondite de las armas de destrucción masiva en Irak: lo veía exactamente igual de claro.
El ecógrafo habitual estaba de vacaciones y la sustituta estuvo por lo menos un cuarto de hora dale que dale hasta que encontramos la bolsa. La bolsa era una cosa negra, y bueno, dentro se veía un puntito que parpadeaba muy rápido: esos eran los latidos, algo con un poco de encanto, al menos. Lo peor fue cuando, después de un buen rato, nos dijo: “os voy a mandar de urgencias al hospital” y se callo durante los siguientes cinco minutos dejándonos a los dos con cara de imbéciles.
Tras el silencio nos explico que, pese a ver solo un feto, escuchaba dos latidos y prefería que me lo viesen en urgencias. Así que para allá que nos fuimos, viernes por la tarde, con un atasco de muerte y un poco pasmados por la situación.La segunda eco fue igual de decepcionante pero más rápida, como de 30 segundos, y me dijeron que todo estaba bien, así que nos fuimos: mi santo aliviado después del susto –y recuperando poco a poco su color normal- y yo sintiéndome igual de indispuesta pero no muy embarazada, la verdad.
3 comentarios:
Pero ¡Por Dios! ¿Hay dos corazoncitos con sus latidos o uno con eco?
Que nos cuentas sólo parte del cuento.
jejejejej, nunca se supo porque se oian dos latidos... un misterio!!! solo hay un niño y un solo corazon...
Niña, en tu interior hay eco. Ten cuidado con las corrientes. No se te acatarre y te llene de moquitos.
Publicar un comentario