domingo, 4 de octubre de 2009

Cocina de superviviente

Me encanta cocinar, además de que me distrae y me relaja. Eso, en condiciones normales. Ahora, entre que me dan asco los olores y que estoy sola en París todo lo que vaya más allá de preparar una tortilla francesa o pasta con tomaté se me hace cuesta arriba. Tengo la bedita suerte de que en la empresa tenemos comedor y, siempre, todos los días, hay alguna verdura que pueda comerme, además de algo de pescado y carne a la plancha, tres platos diferentes del día, y variados y surtidos buffet de ensaladas y postres. Eso es lo que me salva porque así por la noche puedo sobrevivir con mi actual precaria cocina de superviviente. Los fines de semana que estoy sola en París se me complican un poco más, pero cada vez que voy a España me traigo latas de legumbres: sobretodo de cocido de garbanzos y de lentejas, que además de gustarme un montón me hacen un apaño estupendo cuando no tengo ganas de cocinar ni un huevo cocido y si tengo hambre como para comerme algo más contundente: porque los olores me dan asco, pero cada dos horas me vuelve a dar esa sensación de vacío en el estómago y tengo que comerme algo, aunque sea un yogur, una tostada o una pieza de fruta.
Pero lo que más estoy deseando de todo es escaparme un fin de semana a España para que mi madre me haga cocido madrileño, paella, tortilla de patata y pescaditos de todo tipo: mmmm.

2 comentarios:

Olga dijo...

No hay nada mejor, que la comidita de mamá.

reiven dijo...

que tal, gracias por haber utilizado una foto mia, solo te pediria si se puede agregar un dato importante como la licencia CC. saludos y gracias