jueves, 24 de septiembre de 2009

El baño y el zulo


La primera vez que vine a Francia por cuestiones laborales hace unos 5 años ya me llamaron la atención los baños. Había estado en Francia antes: camino de Italia en un viaje del instituto; comprando botas de montar de la talla 12 años a dos duros en el Decatlón de Biarritz cuando todavía no había ese establecimiento en España. Pero mi memoria infantil y preadolescente no recuerda los baños franceses, así que fijaremos mi primer recuerdo de toilettes hace unos cinco años, cuando empecé a visitar asiduamente este país.
Los hoteles parisinos tenían separado la ducha y el lavabo de la taza del water en la mayoría de los casos. Podía ser ducha por un lado y taza y lavabo por otro; bañera y lavamanos separados de la taza; los tres elementos separados entre si, pero nunca, nunca, nunca jamás todo junto, ni la ducha con la taza.
Con el tiempo supe que esta separación de unos elementos que para nosotros en España siempre van en pack existía y continua existiendo no solo en los hoteles si no en los hogares parisinos. Mi Nidito no podía ser menos. En el hall tengo tres puertas: una da al salón, otra a la cocina, otra al baño y una cuarta al zulo.
Casi tres meses mas tarde sigo equivocándome de puerta todas las mañanas cuando me levanto: una es un animal de costumbres.

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