lunes, 15 de marzo de 2010

La bolsa para el hospital

Por fin he preparado la bolsa del hospital. Llevo tres meses escuchando a todo el mundo dándome la murga porque no la preparaba. Un poco por no oir a la gente y otro poco porque ahora sí siento que puedo ponerme de parte en cualquier momento, por fin, la he preparado, bueno, las he preparado, porque son dos, la mía y la de Julia, siguiendo un poco la lista que me dió la matrona, toda llena de glamour (discos empapadores, bragas de papel, crema para el culo, toallitas húmedas, un abanico, zapatillas viejas de estar en casa, baberos, calcetines y gorro para Julia, una toquilla...), un poco los consejos de las madres que me rodean (pijamas y bodies para que Julia esté como en casa y calentita en el hospital, y una ropita arreglada a la par que cómoda y sencilla de poner, para salir del hospital, que no sea de meter por la cabeza, que luego no podremos ponerla) y un poco mi propia intuición (un peine pequeño por si sale peluda como los padres, un chupete por si sale llorona y chupona, mini-pañales, una esponja para mí, ahora que estoy obsesionada con lavarme con esponja). A lo tonto, me pasé un buen rato con las bolsas: lo que me costó más fue "conjuntar" la ropa de Julia, bastante tengo con combinar los colores de mi ropa, como para preocuparme también de que hagan conjunto los suyos...

1 comentario:

Olga dijo...

Sea cuando sea, pero conjuntadas ¿Te habrás preocupado de conjuntar la ropa de Julia y la tuya, verdad? jejee.
Mucha suerte.